¿Qué fue el
Sistema Guggenheim?
El proyecto extractivista de Guggenheim Brothers en el desierto chileno, tiene su antecedente técnico y corporativo en la industrialización de la mina de cobre de Chuquicamata, proyecto ejecutado por la empresa The Chile Exploration Company perteneciente a Daniel Guggenheim, empresa que fue creada el 11 de enero de 1912 en la ciudad de New Jersey Condado de Hudson. Para el funcionamiento de la mina de cobre, previamente hubo que instalar una gran termoeléctrica en el puerto de Tocopilla, ciudad distante a 140 kilómetros del centro minero. Ambas instalaciones, la termoeléctrica y la mina, fueron inauguradas el 18 de mayo de 1915. La mina a cielo abierto (open pit), marcó una ruptura con el antiguo método extractivo a través de túneles y pirquenes. Aprovechando el éxito del proyecto cuprífero que generó importantes ganancias para el consorcio estadounidense, además de las diversas instalaciones y capital humano avanzado, el presidente del directorio, Daniel Guggenheim, decidió realizar en la década de 1920 un interesante enlace a hacia otro tipo de minería, esta vez hacia una minería no metálica. Dicho enlace fue a través de un sistema técnico que era innovador y exitoso en los procesos de lixiviación por electrolisis que habían sido aplicados en el refinamiento del cobre chuquicamatino, resultando así una importante innovación que superó los sistemas de concentración y fundición tradicionales que se habían aplicado en el desierto de Atacama. Ese mismo sistema fue trasladado a la industria del salitre. Para dichos propósitos, la renombrada familia minera conformó una nueva compañía llamada Anglo Chilean Consolidated Nitrate Corporation (ACCNC), compañía salitrera formada en los Estados Unidos con un capital de 3.600.000 libras esterlinas. En el decir del historiador Damir Galaz-Mandakovic (proyecto Fondecyt Nº 11180932), el interés de los hermanos Guggenheim en la industria salitrera fue comprensible en el marco que los nitratos representaron otra diversificación de productos para sus empresas mineras. Además, la familia Guggenheim consideraba que Chile contaba con cierta estabilidad política y que brindaba seguridad social, jurídica y política para las inversiones extranjeras. Igualmente, la explotación del salitre representó una nueva oportunidad para estar a la vanguardia de la renovación tecnológica de una industria y obtener los altos beneficios resultantes. Sintéticamente, podemos indicar que las innovaciones técnicas del nuevo sistema fue obra intelectual y científica del ingeniero químico noruego-estadounidense Elias Anton Cappelen-Smith. La primera modificación sustancial de nuevo sistema fue dejar de realizar el rompimiento del terreno por medio de algunos tiros de dinamita o excavaciones manuales de cuevas. Desde entonces, se introdujo la aplicación de cientos de tiros con detonadores eléctricos y pólvora negra de gran poder. El diario La Nación (23 de diciembre de 1935), acotaba que tanto en María Elena como en Pedro de Valdivia, el nuevo procedimiento implicaba que el caliche era extraído con: “la pala mecánica, la formidable máquina con que hace 25 años se excavó el Canal de Panamá (...) No hay duda que los ingenieros norteamericanos tuvieron desde entonces fe profunda en la eficiencia de esta máquina, cuyo uso está hoy tan generalizado a toda excavación grande que deba hacerse al aire libre (…) en las salitreras, la naturaleza de la faena y del terreno obligan a usar la pala mecánica con mecanismo oruga de traslación”. Seguidamente, el material extraído era molido a un tamaño de más o menos 1.0 centímetro. El 80-85% del tonelaje de caliche reducido es depositado en grandes estanques de lixiviación. La referida lixiviación era posible a una menor temperatura: con agua a 40º C., es decir, mucho más fría que las aguas del sistema Shanks el cual realizaba una lixiviación a 70°C hasta los 105ºC, con una solución lixiviante compuesta de agua y salmuera. Agua que después de circular por las partículas de caliche en los estanques y filtros, egresaba saturada en salitre sódico: aquella solución fuerte era llamada como el “caldo”, el cual seguidamente era enfriado hasta los 15ºC con el objetivo que precipitara el excedente de salitre. Con este método, se aprovechaba de mejor modo el material de baja ley, facilitaba la concentración de las soluciones y cristalizaba los minerales por medio del enfriamiento a través de los compresores de amoniaco, formando cristales de tamaño suficientemente grandes que caían al fondo en una capa líquida formando una pulpa que decantaba en los espesadores Dorr para luego ir a las centrífugas. Para lograr la recuperación de yodo, la solución, el “caldo”, era nuevamente calentado a los 40ºC y comenzaba una recirculación. En esa situación, se consideraba que alrededor del 75% del nitrato era recuperado en ese circuito cerrado. Seguidamente, el nitrato cristalizado recibía un concluyente tratamiento en la Planta Granuladora donde era fundido en hornos de reverbero y luego era bombeado y enfriado con una fina irrigación. Consecutivamente, el producto se enfriaba al contacto con el aire y se convertía en nitrato granulado con una concentración del 94% al 98%, al solidificarse, el salitre tomaba una constitución granular que constituye una notable ventaja para su uso como abono. De ese modo, el nuevo sistema transformaba el salitre en perlas esféricas, marcando una gran diferencia con el salitre cristalizado del sistema Shanks. Otros detalles diferenciales estaban remitidos a que el producto cristalino del antiguo salitre del sistema Shanks, el nitrato de sodio podía variar de un color blanco puro a amarillo, rosado, gris, o incluso violeta. Los productos del Guggenheim process eran absolutamente blancos. En pocas palabras, podemos decir que la innovación de los Guggenheim permitió obtener una mayor eficiencia química, necesitando a la vez menos hombres respecto a los procedimientos del sistema Shanks. En las salitreras del sistema Guggenheim (María Elena y Pedro de Valdivia) 7.000 hombres producían 70.000 toneladas de salitre. Mientras que las Plantas del sistema Shanks, 9.000 hombres producían tan solo 30.000 toneladas de salitre en promedio. De este modo, el sistema Guggenheim superó en sus cualidades electromecánicas, en sus singularidades técnicas y en el volumen de las instalaciones a una serie de experimentos realizados en las vastedades del desierto, tales como el sistema Allen, el Banthien, el Bellavista, el sistema Butters, el Iris, el Vidaurre, el Junquera, el Krupp, Matus, el Moscovia, el Nordenflycht, el Poupin, el Prache y Bouillon, el San Gregorio, el Trent, el Delaware, el Duvieusart, el sistema Grillo-Perroni, el Prudhomme, entre otros. Así, al emerger este procedimiento, se descentró la hegemonía productiva de Tarapacá con su sistema técnico predominante, el sistema Shanks, el cual identificó el predominio e influencia británica en la explotación del salitre, la aceptación del sistema Guggenheim tuvo un impacto destructor del control británico sobre estas actividades mineras. En ese proceso, las nuevas capitales de la industria del salitre fueron María Elena y Pedro de Valdivia.